Esta herramienta permite evaluar el desarrollo territorial del aprendizaje-servicio. Para hacerlo, se valoran cuatro ámbitos: liderazgo institucional, organización, programa de aprendizaje-servicio y arraigo en el territorio.
En cada ámbito se evalúan dos dimensiones que lo concretan. El liderazgo institucional considera la misión y el plan estratégico. La organización contempla los agentes y los recursos. El programa de aprendizaje-servicio valora la calidad y sostenibilidad de los proyectos. Y, finalmente, el arraigo en el territorio valora la participación y la vinculación de la comunidad. Estas ocho dimensiones son independientes y, en consecuencia, el programa puede estar en niveles diferentes de valoración por cada una de ellas.
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